Una semana de JOB SHADOWING en Logroño, España

Job shadowing: ¿qué es?

En resumen: observar a otra persona haciendo su trabajo y aprender a través de ello. Buena idea. Pero, ¿tiene también sentido y es rentable una actividad de este tipo cuando el „trabajo“ se realiza en un entorno distinto, en un país diferente, en condiciones completamente distintas?

Mi estancia de una semana en el marco del programa Erasmus+ en el IES Hermanos D’Elhuyar de Logroño, en el norte de España, me lo demostró: Sí, sin duda. Mis expectativas sobre el job shadowing, que este año tiene lugar por primera vez tanto en Logroño como en Gilching, no sólo se han cumplido, ¡sino que incluso se han superado con creces! Y desde luego no fue por el tiempo, porque la ciudad de 150.000 habitantes, situada a 135 km al sureste de Bilbao, me recibió con un frío glacial y una lluvia continua. El hecho de que la estancia se convirtiera en algo muy especial se debe enteramente a los compañeros y alumnos de la escuela anfitriona. En primer lugar, la coordinadora del programa, Pilar Blanco Domínguez, y la directora, Rebeca Fernández Sobrón. Gracias por la perfecta organización, las numerosas conversaciones y todas las actividades adicionales.

  

Pero, ¿qué hacía exactamente en la escuela de Logroño?

Mi observación laboral comenzó con un horario perfectamente elaborado que supuestamente me permitiría conocer todas las áreas que me parecían interesantes como profesora de español, jefa de asignatura y responsable de programas de apoyo lingüístico. De este modo, en cinco días lectivos,

  • asistí a clases regulares de diferentes asignaturas,
  • asistí a clases para inmigrantes, especialmente del norte de África, Pakistán y Ucrania,
  • conocí la asignatura de turismo para estudiantes de grado superior, que se imparte en inglés,
  • aprendí mucho sobre la organización escolar y el trabajo pedagógico y técnico de los idiomas en varias reuniones con colegas,
  • participé en una excursión de clase de historia y
  • asistí a un club de lectura para padres, docentes y alumnos.

Los resultados fueron tan variados como el programa: sugerencias concretas, métodos y experiencia, pero también la motivación para pensar en lo antiguo de una manera nueva. Mirar desde fuera lo que haces cada día es muy valioso.

¿Qué es diferente -desde el punto de vista de un profesor- en España?

Casi se podría decir: todo y, de alguna manera, nada. Porque, al fin y al cabo, hay muchas cosas que nos unen. Todos queremos enseñar algo a los jóvenes y prepararlos de algún modo para después de la escuela, apoyarles y animarles, pero también todos conocemos los requisitos ministeriales, las limitaciones de tiempo, mucha burocracia y el equilibrio entre muchos intereses diferentes.
Pero más allá de eso, por supuesto, hay cosas que son completamente diferentes en España; tan diferentes, de hecho, que no hay ninguna posibilidad de adoptarlas. Por ejemplo, en España todo el mundo se tutea. Incluso los alumnos a los profesores. La sensación de distancia es, por tanto, diferente. Esto tiene una gran influencia en la forma en que tratamos a los demás. Como forastera, me pareció muy agradable.
Y por último, pero no por ello menos importante, el sistema escolar es completamente diferente, más comparable a una “Gesamtschule”. Esto plantea retos completamente distintos, porque a diferencia de nuestro sistema escolar (predominantemente) tripartito, en la escuela secundaria hay que atender las necesidades de todos los niveles. Experimentar de primera mano los problemas, pero también las oportunidades, de un sistema así fue sumamente interesante.

Mucho más podría decirse en este punto. Pero eso se lo dejo a los colegas que aún tienen esta experiencia por delante.

(Katrin Münzel)

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